LOS VERDES denunciamos a las Instituciones Internacionales, por deficitarias, y pedimos una Revolución Alimentaria
En el Día Mundial del Medio Ambiente, LOS VERDES queremos recordar que los efectos devastadores del cambio climático se manifiestan en todos los rincones del planeta, con el deshielo de los polos y glaciares, el aumento del nivel del mar, el avance de la deforestación, los fenómenos crecientes de ciclones e inundaciones - que afectan a centenares de miles de personas -, el aumento de la temperatura global , el retroceso brutal de los recursos naturales y el encarecimiento de la alimentación básica, la pobreza y la miseria global.
Ante todo ello, LOS VERDES denunciamos a las Instituciones Internacionales, que siguen deficitarias de poder y de medios financieros, mientras unas pocas y grandes potencias, - multinacionales, corporaciones financieras y de distribución –explotan, especulan y exprimen al planeta y a la humanidad, en una decadencia sin fin.
LOS VERDES creemos que es el momento de impulsar un movimiento mundial por la regeneración ecológica y social. De aplicar, con efectividad, los acuerdos globales contra el cambio climático y accediendo, decididamente, a un modelo basado en energías limpias, renovables y descentralizables, de manera que se acabe con la dependencia de los combustibles sucios y los monopolios de la producción de energía nuclear, a la vez que se fomente el ahorro y la eficiencia energética. Para LOS VERDES, el futuro -si existe- no es el crecimiento en una carrera competitiva hacia la destrucción, sino el avance de una nueva economía ecológica y solidaria, basada en la recuperación de la naturaleza, la revolución tecnológica en las renovables, la solidaridad y el reparto de la riqueza. El futuro está aquí, en la austeridad en el consumo y en la promoción de los valores humanos y la biodiversidad.
Hacia una Revolución Alimentaria
Por otro lado, LOS VERDES consideramos necesaria una revolución alimentaria, que vuelva a la agricultura ecológica y a su riqueza, diversidad y sostenibilidad. Para ello, es importante acabar con el poder de las grandes compañías de producción intensiva y distribución, que controlan, degradan y encarecen la mayoría de la alimentación mundial, degradando, además, la salud de las personas y de los ecosistemas del conjunto del planeta.
La Revolución Alimentaria es conseguir una nutrición sana para
tod@s, y la recuperación de los acuíferos, ríos y deltas, en una Nueva Cultura del Agua. Es necesario un reequilibrio territorial, desconcentrando las grandes ciudades - donde se hacina, cada vez más, la humanidad - y recuperar las comunidades y ecoregiones, sus hábitats y sistemas de vida. A entender de LOS VERDES, esas son algunas de las necesidades comunes que hemos de abordar, para hacer posible el futuro.
Es necesario mucho más que una mera celebración de este Día
LOS VERDES, que participamos de un movimiento global para un cambio necesario, no nos conformamos con una celebración simbólica del Día Mundial del Medio Ambiente. Los Días mundiales fueron, en un principio, la manera de motivar hacia un tema, a nivel internacional. Pero con la acumulación de Días Mundiales y actos protocolarios podemos caer en una simple ritualización del calendario.
El Día Mundial del Medio Ambiente ha de ser un día de mayor compromiso común, en ese proceso alternativo a nivel global y en su concreción a nivel local. En ese sentido, LOS VERDES enfocamos, hoy, la opción política global del ecologismo y su avance en movilización, en realidades económicas nuevas, en ocupación sostenible y exigencia a las instituciones de un papel activo en leyes, presupuestos y compromisos de cambio de verdad.
Hay que avanzar, de forma decidida, hacia un gobierno mundial de la ecología y la solidaridad, y de su concreción a nivel de la UE, las ecorregiones, comunidades y localidades. LOS VERDES, los ecologistas, no defendemos intereses particulares, sino el avance efectivo de un movimiento común y decisivo, hacia un planeta basado en la regeneración ecológica y la solidaridad global. Hoy, ese futuro no existe. Existe un futuro de degradación ambiental, de desastres climáticos y de pobreza y hambre global. Temas, todos ellos, que fueron planteados por la opción verde, hace años.
La crisis de hoy, una crisis basada en el beneficio particular y en el crecimiento indiscriminado - y copiado ahora por países emergentes como China e India -, basado en el tocho-automóvil –autopista, es la crisis de un modelo terminal. Hay que invertirlo todo en un futuro de economía ecológica y de crecimiento selectivo, basado sólo en la calidad y la regeneración de lo que hemos destruido, en una larga etapa de irresponsabilidad. Es falso que la ecología, la economía y los derechos sociales sean cosas diferentes. LOS VERDES creemos que debemos construir la economía de la ecología y de la solidaridad, si no queremos que el futuro sea cada día peor, como ya lo es en la actualidad.
Algunas propuestas generales para el cambio de modelo
Teniendo en cuenta que el aumento del CO2 viene determinado, mayoritariamente, por las eléctricas y el transporte privado:
1) No circulación de coches por los centros de las ciudades, salvo horas determinadas, y refuerzo del transporte público – abaratando los precios y ampliando la red – y de los carriles bici.
2) Fuertes multas a las compañías eléctricas que no apliquen los porcentajes de disminución de CO2 y de promoción de las energías renovables, y destino de estos fondos a la subvención de las renovables y a las primas.
3) Hasta el año 2020, conseguir que el 50% del transporte de mercancías sea en tren.
4) Control público de los precios, en todos los ámbitos, y que en el proceso intermediario no se pueda superar el 20% del valor de producción de un producto de origen agrario. También altas multas a las empresas que no lo apliquen, invirtiendo los fondos obtenidos a favor de primas y subvenciones a la agricultura ecológica.
5) Destino del 1% de los presupuestos de todos los países ricos a las instituciones internacionales de programas contra el hambre, por la sostenibilidad alimentaria, la regeneración ecológica y contra el cambio climático.
6) Aplicación de todos los convenios internacionales, sobre temas sociales y ecológicos, y sus objetivos y plazos.
El portavoz de LOS VERDES, Joan Oms, ha calificado de "esperpénticas" las noticias conocidas tras la investigación realizada en la central Nuclear de Ascó 1, a raíz de una denuncia de una ONG. Según se ha podido saber, los gestores de la central modificaron la sensibilidad de los detectores de radioactividad, en los circuitos de refrigeración, para ocultar sus deficiencias. Según ha denunciado Oms, "los gestores de la central y sus propietarios, Endesa e Iberdrola, han decidido que los trapos sucios hay que lavarlos en casa y que, por tanto, si algo va mal, la solución es alterar los detectores, en vez de tomar medidas urgentes".
LOS VERDES se preguntan si este tipo de ocultamientos se habrán repetido en otras ocasiones, sin que la información haya trascendido, y denuncian que el papel del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) no puede basarse en "decir amén" a la información que las centrales les hacen llegar.
Joan Oms ha lamentado que el sistema de control de las centrales nucleares "dependa de los que hacen negocio con ellas", lo cual, dice, no puede garantizar la seguridad pública y el derecho a la información ambiental. Por otro lado, ha querido resaltar también que si los accidentes ya no son causados por problemas estructurales, sino por los "simples" mecanismos de manipulación, "es imposible garantizar la seguridad sólo con chequeos de los componentes".
Según la formación ecologista, es urgente la aprobación de un calendario de cierre de las centrales nucleares en un plazo de 5 a 8 años, por parte del Gobierno, una reforma profunda del control de la seguridad, por parte del CSN y de los Gobiernos, y proceder a una salida centralizada y segura al tema del almacenamiento de los residuos, que incluya la posibilidad de su futura inertización, si se dan avances tecnológicos para ello.
LOS VERDES han señalado, también, que la cantidad de agua necesaria para el área metropolitana de Barcelona, aproximadamente, es la misma que se evapora en las torres de refrigeración de Ascó, es decir, 50 Hm3 anuales, "lo cual obliga a reflexionar, ante la crisis del agua".
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